El suelo, un recurso natural fundamental, sustenta la producción de alimentos, regula los ciclos hidrológicos, almacena el carbono y alberga una vasta biodiversidad. Su salud, es definida como la capacidad continua del suelo para funcionar como un ecosistema vital que sustenta plantas, animales y humanos (Doran y Parkin, 1994), siendo crucial para la sostenibilidad ambiental y la seguridad alimentaria. Sin embargo, la agricultura intensiva, la desforestación, la contaminación y el cambio climático ponen en riesgo la salud de los suelos en todo el mundo.
Las Prácticas Regenerativas del Suelo (PRS) abarcan una amplia gama de temas, todos interconectados con el objetivo de restaurar la salud del suelo y la fertilidad de la tierra, recuperando la infiltración de agua, reduciendo de la erosión, capturando el carbono, beneficiando la creación de microclimas favorables y la diversificación de los ingresos.
Monitoreo y Evaluación Regenerativa como Fundamento para Transformar Tierras Degradadas y Combatir la Sequía, en su praxeología es una guía que permite conocer métodos, así mismo describir el estado del sistema y reconociendo los avances logrados facilitando comparar condiciones, y informar a otros esos resultados.
Desde la perspectiva de un sistema integral de medición y validación, es crucial evaluar el impacto de las prácticas de agricultura regenerativa en el estado y la calidad del suelo, así como en la salud del ecosistema agrícola en su totalidad. Este enfoque es la base para cuantificar con precisión el efecto de las Prácticas Regenerativas Sostenibles (PRS). Al generar datos robustos, se facilita el convencimiento necesario para que agricultores y responsables de la toma de decisiones adopten y escalen estas estrategias.
Finalmente, el desarrollo de metodologías rigurosas para medir y evaluar los indicadores de la salud del suelo es imprescindible. Este proceso es clave no solo para testimoniar y cuantificar los efectos de las PRS, sino también para guiar los ajustes necesarios en un esquema de mejora continua. Por lo tanto, el Monitoreo y Evaluación (M&E) no debe limitarse a una técnica aislada; por el contrario, debe nutrirse de la convergencia de múltiples enfoques metodológicos, cuya aplicación integrada garantiza un análisis más completo y representativo de la condición del ecosistema edáfico; sin dejar de contemplar la dimensión biológica del suelo como un organismo vivo.
Ahora, ¿Sabes exactamente qué tan "sano" está tu suelo? El monitoreo y la evaluación regenerativa son la brújula para el futuro. Te invitamos a ver mi articulo (Adjunto), donde revelaré los fundamentos claves que te pueden orientar a tomar decisiones para conocer si estas en el camino de transformar tierras degradadas y prepáralas contra la sequia.