Saida Rivero • 29 mai 2025

Nos complace compartir el interesante artículo de Liz Willetts que titula Desertificación, sequía y salud planetaria: la COP16 de la CLD y el futuro de la tierra. En él, se puede destacar que la salud humana es una víctima silenciosa de la degradación de la tierra y las sequias. Expone, acertadamente que tradicionalmente se han visto como problemas meramente ambientales; sin embargo, lamentablemente sus impactos se encuentran en la salud humana, siendo profundo y de gran alcance, haciendo de esta una preocupación urgente para todos. 

Desde el enfoque de la crisis multifacética que generan las sequías, sus impactos abarcan directamente el bienestar físico y mental de las personas, exacerbando problemas de salud preexistentes.

Resalta el autor, que en la COP16 de Riad se hizo evidente sus consecuencias para la salud de las personas, los impactos socioeconómicos, como la migración forzada de comunidades desde zonas áridas, generando una serie de impactos complejos y devastadores. 

Su disertación conduce, a un enfoque emergente y crucial, el de integrar la restauración de tierras en las estrategias de salud pública que no es solo una opción, sino un camino esencial hacia la construcción de comunidades más saludables y resilientes, impulsado una visión más holística.

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